viernes, 14 de marzo de 2008

Mechones de lana



Me exigen que sea visceral
que cuando las palabras se me claven en el estómago
escupa sangre sin las reticencias del artista.

No sé qué manía es esta
de dibujarme rayitas en los brazos
Si los poros ya están anegados
como cavidades malsanas de recuerdos.

La tristeza ingénita de tus ojos
me exige que a la vez sea un ángel
que mientras el último barco zarpe
desplegando sus alas de ballena
yo te eleve como un bosque de pájaros muertos.

*

1 comentario:

Pedro Chincoa dijo...

Sin una lista interminable de palabras imposibles... este poema destila la innegable belleza de tu mundo interior.
un saludo.