domingo, 6 de enero de 2013

De la edad de los cartílagos

¿Acaso no hago nunca nada que no sea pasear apenado por Bayswater Road?, me pregunté mientras paseaba apenado por Bayswater Road. 

 Muy bien: coches demoníacamente mecánicos; potentes y sólidos árboles vivos; irreales edificios lejanos; viandantes granudos de aspecto extraterrestre; Intensa Conciencia de Ser; falacia patética más un omnipresente déjà vu, angustia cósmica, miedo metafísico, un sentimiento a la vez claustrofóbico y agorafóbico, la religión del adolescente. El reverendo Northrop Frye lo llamó, con frase feliz, "bascoso presentimiento apocalíptico". [...] 

 ¿Es quizá un sentimiento que se va debilitando poco a poco, al igual que ocurre con la sensación de que uno es un caso único? ¿O quizá algunos de nosotros nos aferramos tanto a él que no lo soltamos nunca? 

 El libro de Rachel. Martin Amis


   

 Nada importa. 

 Estoy enamorada. 

 Desde 1912. 

 *