sábado, 6 de agosto de 2011

Días enteros en las ramas

Yo pensé que, por fin, había llegado la hora de descansar, de morir, de viajar lejos, de subir al cielo.

El cielo está lleno de muertos porque los vivos, cuando mueren, van al cielo. O al menos eso es lo que -ciencia ficción otra vez- nos enseñan y nos quieren hacer creer cuando somos muy pequeños. Nos morimos y nos vamos a otra parte, a las más altas alturas a vivir nuestra muerte.

Y entonces supe que la muerte era lo más hermoso que me había sucedido en la vida.
La muerte no era una luz al final de un túnel.
La muerte era el fin de todos los túneles.

Rodrigo Fresán. "El fondo del cielo"



Me abracé delicada al río. Necesitaba escribirme y nadie podía entenderlo.
Hilvanando soliloquios entre las hojas secas.

***

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Las fotografías en color, no puedo ver el verde. L

dono dijo...

"... necesitaba escribirme y nadie podía entenderlo..." aullaré para ti, verás...

Anónimo dijo...

sí sí
muchas llamas
pero no llamas
tfno ya!

tournesols dijo...

¿y a quién tengo que llamar?