sábado, 18 de octubre de 2008

La haine, 1995

*
ensayo sonidos frente al espejo mientras se envenenan de odio otros pulmones huequitos-sordos-agujereados por el espanto de la tinta nocturna que resbala por mi bosque. nuestro bosque. le escupo brisa en la cara y echo a corretear virgen y translúcida. ronronean mis huesos, me moriría si te gritase desde un árbol y no subieses a abrazarme.
la vela se nace, desprende azul, el perfume de algo que hiere me acompaña. no tengo por qué seguir aquí sentada, con luz naranja y manos frías.
no puedo reconciliarme con mi cuerpo, nos debemos una nueva extensión lingüística.
pero qué bonito vivir en la burbuja de oxígeno que me has creado, que las gotas lechosas caigan con parsimonia, que acudas a mis manos para que te bese.

*

8 comentarios:

Hombre de arena dijo...

Excrucior

Gracia Iglesias dijo...

He llegado a la conclusión de que las manos son el sello personal de tu fotografía.

Luna Miguel dijo...

menramezco

isabel dijo...

lo he entendido todo perfectamente, pero perfectamente como si fuera también mi idioma
he flipao con lo de gritar desde el árbol y que no subas...se me ha metío debajo de la piel, en serio
precioso
me va a gustar mucho escucharte
te veo el domingo!
muuua!

Pedro Chincoa dijo...

mejor tocar el odio con las manos que con la punta de los pies.

nuria ruiz de viñaspre dijo...

Qué privilegio, tus manos.

tournesols dijo...

Gracias*

nómada. dijo...

Esas manos son las mías! Te he enviado un email. Y tengo un blog mío propio bilingüe y postmoderno porque no sabía cómo dejarte un comentario.