¿Dónde están los locos de mi infancia,
los locos que cantaban y bailaban en el hospicio devastado
por el sol?
¿Dónde están mis barcos y la luz del faro?
[...]
Solamente la muerte enseña que los ángeles no existen.
Todo lo que perdí, lo perdí para siempre.
Lêdo Ivo
Aquí estoy. En mi cárcel, en mi cuerpo, en mis escasos metros cuadrados. Metros redondos. Metros suaves de mis sábanas y de mi ya no-fiebre. El frío queda lejos. ¿Cómo acostumbrarse a él? ¿Cómo hacerlo mío, cómo bebérmelo, cómo evitar que me atraviese, que viole mis entrañas? Me revuelvo como un gato en su tibia cestita. Mi calidez se traduce en sombras sobre la palabra. Sombras sobre las huellas de la ternura. Las palabras más bellas me llegan hoy desde Francia. Toda Francia siempre es bella.
No sé dónde queda el frío.
Ni dónde están los locos de mi infancia.
Ni dónde mi infancia sin locos.
*
12 comentarios:
¿Y dónde la posible Claudia Cardinale?
besos...!
me gustan tus pies, tus medias, tus palabras... jo, te echo de menos...
y te han perdido un cafelasso con Alba, jum!
Esa foto podría llamarse: radiografía.
Separemos; los locos con los locos, la infancia con la infancia.
Frío, calor.
qué hermoso, hermoso, hermoso, laura...
los niños son los locos.
Los pies están para comerselos y, esto no es cosa de locos.
Ciro
tus piernas largas, largas como el frío
Lolita a tus pies
Que bien, por fin azul verdad?
Lo-li-ta
súcuba belleza
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