lunes, 28 de abril de 2008

El espejo como refugio


No tengo ningún dolor en este cuerpo
desde que te fuiste de mi mar llevándote
toda la tristeza bonita
teñida de terciopelo rojo
teñida de vértigo rojo
y piensas “lo que sufre la gente…”

también piensas en
el jazz; el blues; el café;
el naranja despuntando en los labios
y se llueven los puntos suspensivos
como gotas de un parto adelantado.

Mi pelo en el trigo seco de tus uñas
o abrazarte desde dentro
porque está de oferta hacer poemas en
un francés despeinado.

Sin avisar, el nido se ha vuelto peligroso
para las golondrinas:
pájaros maquillados, manoseados
registran el ruido de los tacones
al chocar contra tus dientes.


*

5 comentarios:

Concha dijo...

¿Qué tal aquella fiesta de tu 20 cumpleaños?
f e l i c i t a c i o n e s d e c o l o r e s ! ! !

Anónimo dijo...

¡Hola!

Me alegra encontrarte. ¡Me ha gustado todo!

Bss.

(juanantoniobernier@hotmail.com)

Gracia Iglesias dijo...

De todos los poemas que te he leído hasta ahora este es, sin duda, el que más me ha gustado. La foto me encanta.
Por cierto, ya he arreglado el problema del vídeo de los globos. Creo que ahora podrás verlo.

Lluís P.M. dijo...

besoscomobalas

Ll.

nuria ruiz de viñaspre dijo...

El cuerpo está lleno de símbolos secretos, pero sólo son visibles a ciertas luces y tú, tú siempre ves la luz por muy escondida que se encuentre. Un poema precioso