jueves, 16 de septiembre de 2010

La otra voz

En la calle cubierta de otoño
no esperarás


Anna Ajmátova



Nadie espera a nadie. Nadie espera la lluvia que yo espero, nadie espera cartas pálidas. Aquí todo avanza muy rápido, la ciudad, mis pies ya no descalzos, la poesía, los poetas, mi habitación, nuestro salón luminoso, el hambre de hálito, el alumbramiento de la vida universitaria, la nada, más poesía, más nada, y lo bello, lo bello, lo bello, lo bello.

Yo siempre espero a la noche.



12 comentarios:

Luna Miguel dijo...

Y las botas nuevas. Bailando.

Emily dijo...

la vida en la ciudad es vértigo en los zapatos.

Maria dijo...

Tu a tu ritmo, así todo es mejor.

:*

dono dijo...

reverberas... la patti y tú hacéis un buen tándem.

Elena dijo...

Nadie espera a nadie; todos esperamos algo.

Más claro, agua dijo...

La noche, en aquella ciudad, se anuncia con fuegos de artificio en el cielo. No te los pierdas ;-)

alduita dijo...

Y la noche nos espera impaciente.
Me gustan mucho las fotos.

Pez Susurro dijo...

Estoy seguro de que es verdad...

Juan A. Pérez dijo...

Aferrarse a una ciudad o sufrir en otras hasta descubrirlas y despertar.

Lo bello lo encuentras en cualquier lugar donde te lleves a ti mismo, porque la noche ya aparecerá. Cuidate. Más.

George dijo...

botas cruzadas,
haciendo sueño.

Anónimo dijo...

"Esperar" es un defecto humano.

A mi, "esperar" siempre me deja a medias, porque nunca puede compararse con lo que deseaba (ni un poquito)

Dylan Forrester dijo...

Por aquí,
a la espera
de la espera
que espera

:)